En definitiva, ante el aumento de la inflación provocada por la pandemia de COVID-19 y la Guerra de Ucrania, la escalada de precios de productos y servicios básicos es imparable provocando que el precio de la electricidad haya sido en 2021 3 veces más caro que la media de los últimos 5 años. Por ese motivo y por la dependencia energética de Europa de los combustibles fósiles procedentes de Rusia las empresas tienen que establecer una estrategia de ahorro si quieren sobrevivir.
Si analizamos en detalle los elementos que componen nuestro negocio, nos daremos cuenta de que es posible disminuir un porcentaje importante de los gastos con una gran aliada, la sostenibilidad.
La forma de ahorrar
La sostenibilidad se define como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.
El desarrollo sostenible como concepto aparece por primera vez en 1987 con la publicación del Informe Brundtland, que alertaba sobre las consecuencias medioambientales negativas derivadas del desarrollo económico y la globalización.
Además, proponía posibles soluciones a los problemas relacionados con la industrialización y el crecimiento de la población.
Entre las formas más conocidas de sostenibilidad está reducir las emisiones de CO2 y el resto de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Esto se logra gracias a la eficiencia energética. La cual es imprescindible para conseguir reducir el consumo de energía sin que ello conlleve perder prestaciones y confort. Gracias a ella conseguimos procesos más rentables y ser más sostenibles.
¿Qué es la eficiencia energética?
El concepto de eficiencia energética hace referencia a la capacidad para obtener mejores resultados en cualquier actividad empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos a partir de la tecnología actual existente.
La eficiencia energética nos permite reducir el consumo de cualquier tipo de energía incluyendo los posibles impactos ambientales asociados a ella. Su uso es aplicable desde la generación de la energía hasta su punto de consumo final.
Con la eficiencia energética tratamos por tanto de mantener el mismo rendimiento de nuestro negocio, pero incorporando una serie de modelos de gestión sostenibles, hábitos responsables e inversiones en innovación tecnológica.
Al utilizar menos recursos energéticos para llevar a cabo una actividad, por ser más eficientes, se ahorra energía. Además, un menor gasto de energía conlleva una reducción en las facturas asociadas a la energía.
A nivel productivo, las empresas y las diferentes administraciones públicas están poniendo en marcha cada vez más medidas e iniciativas para apostar por las energías provenientes de fuentes renovables y por la sostenibilidad, de tal manera que sirvan como guía de ahorro de energía y, por ende, contribuyan a que el planeta sea más sostenible.
Cómo se calcula
La Norma ISO 50001 es uno de los principales estándares que ayuda a medir y calcular la eficiencia energética de forma indirecta. Además, también es muy utilizado el International Performance Measurement and Verification Protocol (IPMVP), estándar que permite cuantificar los logros obtenidos tras la inversión en eficiencia energética.
Estos y otros estándares estiman la eficiencia en el uso de la energía en base a la productividad.
En otras palabras. Estas medidas están pensadas, sobre todo, para las empresas. En el caso de los negocios más pequeños se calcula en base al óptimo funcionamiento de equipos y de instalaciones comparados con otros más eficientes y de menor consumo, lo que se traduce, finalmente, en un ahorro en el pago de las facturas energéticas.
Qué es una auditoría energética
La auditoría energética es una herramienta cuyo principal objetivo es analizar y diagnosticar el flujo de energía de un determinado inmueble, instalación, industria o proceso para determinar su consumo y medidas para reducirlo, con la consecuente estimación de ahorro económico y energético.
Algunas de las cuestiones que es posible definir con una auditoría energética son las siguientes:
- Analizar el estado de las instalaciones eléctricas.
- Saber el consumo real de cada aparato.
- Conocer el coste real de producir un determinado producto.
Una auditoría energética no proporciona datos de forma genérica, sino que se adapta a las particularidades de cada edificio, empresa o proceso para determinar sus necesidades, consumo real, parámetros con mayor relevancia y medidas necesarias para reducir el consumo y maximizar el ahorro.
En la práctica, es recomendable hacerla en todos aquellos sitios donde haya un consumo energético alto y opciones reales para reducirlo, como negocios locales, comunidades de vecinos o industrias.
En materia de eficiencia energética, las medidas de ahorro energético como mejora de instalaciones, cambios de iluminación, planificación de horarios y rehabilitación energética permiten disminuir el consumo de energía no necesaria; de ahí su importancia y la relevancia que estas medidas están adquiriendo.
Además, la generación in situ de energía mediante placas solares fotovoltaicas o molinos eólicos permiten disminuir la dependencia energética del exterior y consumir energía limpia a un coste sensiblemente inferior; de ahí su importancia y la relevancia que estos dispositivos están adquiriendo para fines cada vez más diversos.
Ventajas del autoconsumo solar en negocios
Las instalaciones fotovoltaicas en negocios son muy rentables. De hecho, suelen ser los proyectos que antes son rentabilizados (entre 4 y 6 años) ya que, en general, las horas de actividad laboral suelen coincidir con las horas de luz solar. Además, una vez amortizada la instalación fotovoltaica, seguirá dando beneficios a medio largo plazo, ya que reducirá de forma considerable tu factura eléctrica desde su instalación hasta los próximos 20 a 30 años.
A esto hay que añadir que las empresas instaladoras están muy centradas en promover el autoconsumo en los negocios. Esto sumado a los bajos tipos de interés actuales provoca que las condiciones de financiación suelan ser muy buenas con unos intereses mínimos.
Además, este tipo de acciones mejora la imagen de marca del negocio y la ética empresarial.
El precio de una instalación solar para una PYME dependerá de varios factores, entre ellos, los más relevantes son:
- Las necesidades de consumo de la compañía y, por tanto, el número de placas solares necesarias para la instalación fotovoltaica.
- El grado de dificultad de realizar el proyecto fotovoltaico.
- La calidad y el fabricante de los componentes fotovoltaicos.
- Otros factores (compañía instaladora, provincia, etc).
Sin embargo, podemos hacer un cálculo promedio de lo que se invierte en la instalación de paneles fotovoltaicos de acuerdo con su potencia instalada.
| Potencia instalada | Precio |
| 5 kW | 7.000 – 10.000 € |
| 10 kW | 11.000 – 16.000 € |
| 15 kW | 16.000 – 20.000 € |
| 20 kW o más | A partir de 20.000 € |
(Los valores son estimaciones realizadas en la fecha de elaboración de este artículo).
